El periodista Federico Bianchini va a presentar su libro Desafiar al cuerpo. Del dolor a la gloria. El deporte llevado al extremo, el viernes 24 de julio a las 19.30 horas en el Auditorio Luis Gagliano del Sindicato Regional de Luz y Fuerza, en Jujuy 27 de la ciudad de Córdoba, con entrada libre y gratuita. Lo acompañará el periodista Sergio Carreras.
Corremos, nadamos, entrenamos hasta el momento en que nos sentimos cansados y pensamos en tomar agua, parar un rato o volver. ¿Podríamos seguir? Podríamos y seguramente las piernas y los brazos responderían: la cabeza suele ser más perezosa que el resto del cuerpo. ¿Cómo sobrepasar nuestros propios límites? En Desafiar al cuerpo, Bianchini presenta las historias de hombres que van más allá, que no frenan cuando aparece el dolor, que no abandonan cuando están cansados porque, como dice uno de ellos: “El dolor pasa, después llega la gloria”. Es un libro para descubrir que la mayoría de las veces no nos detenemos por falta de entrenamiento, sino por desconfianza en nosotros mismos.
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La mente de estas criaturas extraordinarias, pintadas con la mirada y el oído descarnados de Federico Bianchini, gobierna a su manera, como si desde las alturas observase el cuerpo que se mueve, extremo, indómito, poderoso en su capacidad de vencer el dolor y la muerte. De eso habla este libro: del dolor, de la muerte, y de la resistencia, el sobreponerse, de la entrega, y habla, sobre todo, de un grupo de personas que abandonan el sentido común.
Cristian Alarcón en el prólogo del libro.
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El libro de Federico Bianchini se llama Desafiar al cuerpo y es sobre eso, sobre lo que hacemos en ese breve espacio entre la vida y la muerte. En realidad, y para ser más precisos, es sobre deportistas extremos, hombres y mujeres que suben montañas, nadan ríos y recorren continentes en bicicleta. Y lo hacen para ganar. Puede ser a otros competidores, al reloj o al miedo, pero lo que quieren es ganar. Bianchini escribe sobre ellos y al hacerlo consigue un libro filosófico que se pregunta cuál es el sentido de todo aquello. (…) Las diez crónicas reunidas en Desafiar al cuerpo hablan de la muerte, que es otra manera de hablar de la vida. Escritas con prosa tensa, oraciones cortas y adjetivos escasos –como la respiración de un deportista–, las historias de Bianchini también apelan a un falso yo, donde el narrador se mete en la cabeza del protagonista y cuenta desde su perspectiva y en primera persona. Lo que allí encontramos son vidas de seres en un estadio superior, casi monástico, pero en sentido inverso: en lugar de huir hacia la mente, los hombres y las mujeres de Bianchini encuentran La Verdad refugiándose en sus cuerpos en movimiento.
Nicolás Cassese en la revista Brando.
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Para quienes son aficionados o adictos a la competencia física (competencia con otros o con uno mismo) no siempre es fácil poner en palabras esas experiencias que impulsa al cuerpo, el deseo y la mente. Sin embargo, Bianchini se atiene a los testimonios y voces de los protagonistas, con una prosa austera, paciente y precisa. Se acerca al núcleo de cada historia sin precipitarse en definiciones rápidas. Y lo hace con varios recursos: brindarle la primera persona de la narración a los protagonistas (artificio difícil de sobrellevar en el primer relato, pero que se naturaliza en los siguientes), estructurar el ritmo de la lectura como las postas de una carrera, o escuchar las voces de entrenadores y familiares de sus personajes. Hay datos fríos y cifras: desde la cantidad de kilómetros que recorren algunos de sus deportistas o las alturas a las que escalan los más intrépidos, hasta cuánto cuesta en dólares la aventura de hacer cima en el Everest. Los números están ahí para dimensionar cada meta, pero están acompañados por el mundo interior de cada personaje, sus miedos, anhelos y las ceremonias íntimas de sus entrenamientos. Así, en épocas en las que las definiciones simples fueron injustamente devaluadas y vaciadas por los textos de autoayuda, estas crónicas despejan el camino para preguntarse por qué para sentirse vivas tantas personas necesitan asomarse al dolor y al riesgo. Como dice uno de ellos: “Correr es alejar la muerte. No podemos vencerla, en definitiva va a ganar, pero tratamos de que nos alcance lo más tarde posible”.
Juliana Rodríguez en el diario la Voz del Interior.
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